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Robert Mckee afirmó que las historias se basan en principios y no en reglas. Una buena película se hace respetando los principios cinematográficos, respetando su estructura narrativa. “Los inexpertos siguen reglas imaginarias. Los rebeldes e ignorantes rompen esas mismas reglas. Los artistas dominan la forma. Ellos tienen sentido cinematográfico”.

En todas las historias que se han escrito, contado o filmado, hay un inicio, un desarrollo y un desenlace. Quien sentó las bases de la estructura narrativa de una historia fue el filósofo griego Aristóteles, en su tratado llamado Poética en el siglo IV antes de Cristo.

Aristóteles fue recogiendo cuáles eran las prácticas más comunes en el teatro griego. Él llamó a estos tres actos: exposición, peripecia y catástrofe. Que sería lo que hoy se conoce popularmente como “planteamiento“ o “inicio“, “desarrollo“ o “nudo“ y “desenlace“ o “conclusión“.

Para el investigador alemán, Gustav Freytag, la estructura narrativa dividida en tres-actos o cinco-actos viene del teatro y también se puede esquematizar según la estructura del drama hecho por él en el año 1863, que se puede aplicar al cine:

  • Secuencia de arranque.
  • Presentación.
  • Amplificación.
  • Culminación de conflicto (aceleración, calentamiento, choque)
  • Resolución (solución).
  • Desvanecimiento.

Ambos modelos, están destinados al análisis de una película de drama o ficción. Lo importante a resaltar es que las estructuras narrativas sirven como soporte para contar la historia de una manera placentera para la audiencia y lograr que esta permanezca interesada hasta el final.

Así que se podría definir la estructura narrativa como el orden en el que van sucediendo todos los acontecimientos de una historia, sería este el esqueleto de una obra y estaría directamente relacionado con la temporalidad del relato.

Hay varios tipos de estructura narrativa entre estos podemos encontrar:

  • Estructura lineal: las acciones se van presentando de manera cronológica, y no se encuentran saltos temporales ni anacronías.
  • Estructura no lineal: encontramos saltos en el tiempo que nos muestran el pasado y llevan el nombre de flashback, y saltos hacia el futuro llamados flashforward. También se les llama retrospectiva y anticipaciones.
  • Estructura inversa: como su nombre lo indica, la historia empieza por el final, y de ahí va avanzando hacia el principio.
  • In Media Res: este es otro tipo de estructura no lineal, donde el inicio de la historia se sitúa en medio del relato, retrocede para narrar el comienzo y cuando llega a la parte central, se retoma la narración, para finalizar la historia de forma lineal.
  • Racconto: esta es otra variación de la estructura no lineal, en esta se empieza a narrar en el final de la historia. También le llaman estructura maestra de destino, o circular.
  • Antiestructura: Robert Mckee, teórico de guion, lo llama la antitrama y es cuando se presenta un orden inconexo de acontecimientos, pero predomina la narrativa lineal.
  • Estructura de contrapunto: esta estructura narrativa es muy famosa, se basa en la repetición de un mismo acontecimiento, pero afrontado de diversas formas.

Sin importar cómo se cuente una historia, esta siempre debe contar con los tres elementos que se mencionaron anteriormente y que en el paradigma de Syd Field se les conoce a estos tres actos como: planteamiento, confrontación y resolución.

El paradigma de Syd Field es, básicamente, una ayuda al guionista para que pueda visualizar los acontecimientos que pasarán en su historia antes de que se siente a escribirlos.

Si se traza una línea temporal sobre la mayoría de la historia, se podría visualizar que estas suelen estar divididas en tres partes, el paso de uno a otro acto se hace gracias a los puntos de giro.

El primer acto ocuparía aproximadamente una cuarta parte del producto audiovisual, y ahí se produciría el primer punto de giro, el segundo acto ocuparía la mitad de la historia, y ahí se encontraría el tercer punto de giro que daría paso al tercer acto y al final de la historia.

También es importante resaltar el punto medio, que sería un punto de inflexión en la mitad del segundo acto. Este funciona como un punto de giro que ayuda a mantener el interés de la audiencia, lo que hace que muchos guionistas no estén de acuerdo con que en las producciones audiovisuales haya solo tres actos, sino que piensan que pueden ser cuatro o cinco, dependiendo por supuesto de los puntos de giro que se encuentren en la historia.

Ya para el final de la historia se encuentran los tipos de finales que pueden ser felices o tristes o incluso se produzca lo que Aristóteles llamó anagnórisis, la traducción del término sería “dejar de ignorar” y significa, que el protagonista, cuando la novela está llegando a sus clímax, descubre algo que había ignorado.

La estructura narrativa en el cine le da un hilo coherente a las historias, mantiene el interés de la audiencia y son la clave para crear películas de calidad, por esto es tan importante conocerla y aplicarla a nuestra obras.