Los trailers de cine son, desde la edad de oro de la industria, la forma de vender una pieza visual al espectador y de asegurar la compra de un boleto la próxima vez que vaya a cine. Desde luego, en el mercadeo audiovisual hay otras formas de promocionar, desde posters, vallas, gira de medios y, en años recientes, con estrategias virales realizadas a través de plataformas digitales.
Pero regresando a lo básico, los trailers de cine han pasado por un proceso a través de los años. En los primeros años estos se presentaban después de la proyección, algo que no resultaba muy positivo para la industria dado que la gente no se quedaba después de rodar los créditos. Fue así como se adoptó la idea de proyectar los trailers de cine antes de iniciar una película.
En cuanto a contenido, los trailers solían contar con una voz en off de locutor ampliando la trama, presentando a los protagonistas y, si había un director famoso involucrado, era mencionado. Un caso en particular es Walt Disney, quien solía aparecer en cortos explicando en qué consistía el próximo proyecto de su compañía.
Actualmente los trailers de cine son avances, presentando espectacularidad visual o giros dramáticos relevantes en la historia que, aunque apuntan a generar ciertos spoilers, en realidad mantienen ocultos aquellos de mayor importancia.
Los trailers de cine en la era digital
Con la era digital, la dinámica de los trailers de cine no han cambiado mucho, pero si se han agregado otros elementos a la estrategia de mercadeo. Por ejemplo, ahora se manejan campañas de expectativa que no necesariamente reflejan algo de la historia de la película.
Un famoso ejemplo de expectativa viral es «charlie charlie challenge», un juego sobrenatural que se hizo popular en internet y que incluso se afirmó tuvo casos de «posesión satánica».Si bien el juego ya existía desde hace unos años, se usó para volver popular la película «La Horca», una película de Warner Bros.
De este modo, la participación del publico, la realización de piezas gráficas, gifs, videos y fotografías 360º, e incluso la interacción de los personajes con la vida real, se han congregado en otras formas de darle un impulso a las películas, más allá de los trailers.
El éxito no lo asegura una buena campaña publicitaria
Aunque una buena estrategia de marketing puede hacer una película exitosa, no siempre sucede así. Por ejemplo, Saban’s Power Rangers, basada en la serie de los 90s tuvo una buena acogida en internet, con una estrategia que hizo el ruido suficiente para que la prensa le prestara toda la atención. Además contaba con la nostalgia que generaba entre toda una generación de millenials. Sin embargo fue un fracaso en taquilla en EE.UU. y a nivel mundial, dejando en entredicho los planes de unas secuelas.
Y si nos volcamos sólamente a los trailers de cine de Power Rangers, vemos que tiene todos los elementos para ser exitoso, generando en el espectador una necesidad de irla a ver. Sin embargo, a pesar de que la estrategia está bien pensada, la película quizás no lo está. Aquí aprendemos una gran lección: puedes hacer una estrategia solida para vender tu película, pero si esta no está a la altura del espectador y no tiene nada que le pueda interesar, fracasará.
Ejemplos como estos hay por montones. Aquí llega la gran lección: el contenido del producto final es lo más importante.