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Al igual que en la fotografía, en el cine y medios audiovisuales en general, en digital se manejan archivos crudos o RAW. No se trata de un tradicional mp4, sino de archivos que contienen mayor información de la escena, lo que permite al editor manipularlo mejor en el proceso de postproducción. Pero en video, más allá de llamarlos «archivos crudos», en realidad se habla de un archivo no comprimido.

Este tipo de material es con el cual trabaja el colorista en el cine y medios audiovisuales en general. Y es que el papel que cumple el colorista es fundamental en el proceso de postproducción, ya que es el encargado de mejorar la calidad y el realce de los colores.

Montajista, editor, especialista en FX y colorista ¿qué los diferencia?

Puede que todas esas funciones coincidan en una sola persona, pero usualmente cada uno requiere al menos una persona encargada por cada área. Para entender la diferencia, hay que pensar en la definición de cada uno.

Montajista/editor: El montajista (en cine) o editor (en otros medios) es el encargado e darle un orden a las secuencias, partiendo del guion de edición, el cual se encuentra basado en el guion literario con el que se trabajó la producción.

Especialista en FX: Es quien se encarga de los efectos especiales. Hay un rol similar durante la producción, cuando se requieren hacer explosiones, humo, animatrónicos y otros efectos, sin embargo en este caso se trata exclusivamente de la postproducción, en caso de que se requiera CGI (Computer Generated Imaginary).

Colorista: El colorista toma como base el guion de edición, pero también de la propuesta estética que nace en la preproducción de la mano del Director de Arte. A partir de este, realza colores, mejora brillos y contrastes, teniendo en cuenta las condiciones lumétricas.

¿Por qué es necesario un colorista en el cine?

En el colorista recae todo el peso visual de una historia. Y es que, gracias a que cuenta con un ojo fotográfico, y un profundo conocimiento de los colores y sus distintas tonalidades, el público puede realmente sentir el ambiente que se planteó inicialmente en el guion.

Un ejemplo de cómo una buena colonización puede aportar mucho lo podemos encontrar en la serie «Buffy: La Cazavampiros». Esta es la comparación de una escena de un capítulo:

 

La primera corresponde a la imagen colorizada para su emisión original de finales de los años 90s, en donde los tonos amarillos y los negros en los personajes le dan un toque romántico a la escena. En la segunda imagen, encontramos la versión remasterizada para uso en plataformas de streaming, en donde por la premura y bajo presupuesto, optaron por no hacerle un tratamiento de colorización, perdiendo la atmósfera narrativa.

En el cine tenemos como ejemplo la siguiente escena de Lala Land.

Aunque no se trata del mismo archivo (la primera es una fotografía fija y la segunda un fotograma final de la película), si podemos notar las diferencias de cómo se ve el color de forma cruda, y cómo termina resaltándose después de ser tratado por el colorista.

Por último, mira en este video cómo cambia la narrativa de una escena con distintas opciones de colorización:

Dato curioso: Anteriormente la colorización del material era realizado a mano, fotograma por fotograma, y/o con ayuda de procesos químicos de viraje y revelado. Hoy en día, aunque aún la industria maneja carretes, la postproducción se realiza digitalizando el material, y posteriormente se exporta nuevamente a carretes.

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