2001: odisea en el espacio es considerada
una de las obras más importantes en la historia del cine
Durante muchos años se ha tenido la creencia de que Stanley Kubrick cambió el arte cinematográfico con sus films. No es nada extraño pensar esto, pues la filmografía del director fue impecable, dirigiendo algunas de las películas más importantes de la historia del cine. Entre ellas se encuentran piezas como La naranja mecánica (1971), El resplandor (1980), Barry Lyndon (1975), Eyes Wide Shut (1999) y Full Metal Jacket (1987), pero específicamente hay una que marcó definitivamente su carrera: 2001: odisea en el espacio (1968).
241 personas abandonaron la sala de cine durante su estreno en Londres en el año 1968. Muchos la consideraban tremendamente aburrida y no encontraban rumbo argumental en este film. Además, las críticas de expertos no ayudaron mucho; sin embargo, con el paso del tiempo se logró captar la joya escondida que se encontraba en esta pieza audiovisual.
Hoy en día, 2001: odisea en el espacio es considerada una de las obras más importantes en la historia del cine, siendo esta una película con una excelente narración visual y una extraordinaria profundidad interpretativa, convirtiéndola en una épica epopeya cinematográfica. Pero, ¿por qué es tan importante para la historia del séptimo arte?
Durante sus 143 minutos, 2001: Odisea en el espacio logra contar la historia de la Humanidad, consiguiendo mostrar al espectador la evolución de la raza humana desde ser simples primates hasta un presunto futuro lejano, donde las estrellas serán el nuevo hogar de los humanos. Debido a esto, se ha catalogado como la película más ambiciosa en ser filmada.
Además, hay que tener en cuenta algo muy importante: el contexto histórico y la época cuando fue estrenada. En el año 1968, la ciencia ficción era un género muy asociado al terror (algunos ejemplos exactos serían La humanidad en peligro y La invasión de los ultracuerpos, de 1954 y 1958 respectivamente). A pesar de que con el estreno de Farenheit 451 en el año 1966 se empezó a encarrilar el género, fue hasta la llegada de 2001: odisea en el espacio que este se consolidó en lo que es hoy en día. Sin el estreno de esta película, no hubiesen llegado obras como Solaris (1972), Alien (1979) y Blade Runner (1982).
También es bueno agregar que en aquella época, los alienígenas eran representados únicamente como monstruos verdes con el simple objetivo de avasallar a las personas. Stanley Kubrick logró representar a estos entes espaciales de una manera más inteligente: carentes de un cuerpo físico. En lugar de gastar parte del presupuesto en maquillaje y actores, estos fueron representados como los icónicos monolitos de la película y con los aullidos procedentes de las composiciones de György Sándor Ligeti.
Otra cosa a tener en cuenta es la verdadera esencia de la ciencia ficción moderna que convirtió a esta película en pionera del género. El director imaginó el futuro con base en las creencias, deseos y avances tecnológicos de la humanidad en la década de los 60. ¿El hombre deseaba llegar a la luna? Entonces en el futuro habría bases lunares. ¿La computación comenzaba su desarrollo? Entonces en el futuro la inteligencia artificial sería un hecho. ¿Los astronautas lograrán viajar a lugares tan lejanos como Júpiter? Entonces tendrían que hibernar para lograrlo. Todo esto con bases científicas y no imaginarias.
Es increíble pensar que una película que dura dos horas y media apenas tenga tan solo una hora de diálogos. Esta fue una de las razones por las que en un principio fue rechazada, es decir, no hay ni un solo diálogo al inicio sino hasta el minuto 25 del metraje. Y aunque esto parezca una flaqueza, realmente es uno de los puntos más fuertes del film: Stanley Kubrick logró que la película tuviese sentido tan solo con imágenes acompañadas de música clásica, siendo una obra maestra a nivel audiovisual.
No obstante, a pesar de no haber sido bien acogida desde el inicio, siempre hubo un factor clave que era excelente para todos: los efectos especiales. Para la época, lograr tales imágenes tan realistas era todo un desafío, pero en el trabajo de Kubrick no había el mínimo espacio para imperfecciones. El realismo de las imágenes fueron tan impactantes que llevaron a 2001: Odisea en el espacio a ganar uno de los cuatro premios Óscar a los que fue nominada: mejores efectos especiales.
A pesar de que tiende a ser confusa, la película respeta la inteligencia de los espectadores y no regala explicaciones innecesarias. Cabe recordar que esta película cuenta con un legado que con el paso de los años sigue expandiéndose. Películas como Alien, Blade Runner, Star Wars, Contact y la misma Interestelar no hubiesen sido posibles sin la creación de tal obra. Kubrick sentó las bases de la ciencia ficción moderna y desde entonces no deja de crecer. Esta es la verdadera importancia de esta película.
Autor: Sebastián Gutiérrez.