Viradores fotográficos : Más que un simple cambio de color.

Foto: Mario Nieto

Por: Mario Nieto

Cuando tenemos la oportunidad de observar fotos antiguas en un museo o en una exposición, incluso cuando vemos las fotos antiguas de la casa, a veces nos maravillamos del particular “look” que tienen estas imágenes. Sus tonos y gradaciones y en muchos casos, su color.

No hablamos exclusivamente de las imágenes en el clásico blanco y negro, sino que hacemos alusión a aquellas fotos en tonos terracotas, cafés y amarillos que conocemos más comúnmente como Sepia.

Para quienes hemos tenido la oportunidad de estar en contacto con el cuarto oscuro y hemos podido revelar y ampliar imágenes en blanco y negro, tal vez hayamos tenido la posibilidad de emplear unos químicos que se denominan, viradores fotográficos; que permiten este cambio tonal en las fotos y nos abren todo un abanico de opciones estéticas.

Lo que mucha gente desconoce es que ese proceso tiene un origen mucho más profundo y un sentido un poco más complejo que simplemente “cambiar el tono” de las imágenes en blanco y negro.

Sin hacer esto complejo y terminar en clase de química, debemos partir de un principio ¿De que están hechas nuestras fotos análogas en blanco y negro?

Técnicamente las imágenes están compuestas de plata, una forma de plata metálica ennegrecida. Bueno, pues en primera instancia debemos entender que los viradores fotográficos (químicos que cambian tonalmente las fotos en blanco y negro) no son tintes, es decir, no es algún tipo de pigmento que colorea las imágenes. Por el contrario, el cambio tonal se produce mediante un proceso de sustitución metálica.

Debido a esto, vale la pena aclarar la razón original de ser de los viradores fotográficos. Estos no se originaron como un medio estético, sino como un medio de conservación.

Una foto virada, tendrá una “vida” más larga y sufrirá menos los embates del ambiente. Lo que hace esto posible es que se sustituye la plata metálica por un compuesto más inerte lo que deriva en la preservación de la imagen.

Bajo este parámetro los viradores fotográficos más conocidos (El Sepia) tienen una base de sulfuro de sodio y al generar el cambio terminan en una imagen compuesta de sulfuro de plata, compuesto que es más inerte que la sola plata.

Por otro lado está el mítico virador al selenio, que genera un sutil cambio tonal, un notable incremento en la máxima densidad (D-Max) lo que hace que los tonos oscuros se tornen aún más profundos. En el caso del virador al selenio, el resultante químico de la imagen es de Seleniuro de plata que es mucho más inerte y estable que la plata metálica.

Existen otros viradores fotográficos modernos que no “preservan” las imágenes, pero que abogan por el aspecto experimental de la fotografía confiriéndole a la imagen atributos meramente estéticos. Tal es el caso de viradores al cobre y al hierro.

Viradores fotográficos para rojo y azul

Entendiendo esto y desde una perspectiva más estética, con los viradores que producen conservación en las imágenes en blanco y negro, es posible obtener resultados de gran belleza a través de un proceso de múltiple virado, en inglés llamado “Split Toning”, donde al someter la foto a la acción de 2 o más viradores se obtienen tonos increíbles que abren una nueva dimensión expresiva y estética en las fotografías monocromáticas en blanco y negro.

De esta manera tenemos no solo fotos de gran belleza, sino que terminamos con imágenes que sobrevivirán mejor en el tiempo.