Descubre algunas curiosidades del séptimo arte, te lo contamos todo aquí.
Quien quiera narrar historias de una manera verdaderamente excepcional, antes que nada, debe estar lleno de curiosidad. Este es el caso de Christopher Nolan, que incluso desde antes de estudiar literatura inglesa mostró interés por enfoques complejos y disruptivos en sus conversaciones y escritos.
Exploremos cómo su narrativa y manipulación temporal han revolucionado el cine moderno al abordar de una manera innovadora la concepción del tiempo, la realidad y la experiencia humana.
Uno de los temas centrales en las películas de Nolan es el tiempo. Desde Memento en el año 2000, hasta Tenet en el 2020, ha explorado diferentes formas de manipularlo.
En Memento, el tiempo se muestra fragmentado, y la narrativa se desarrolla en blanco y negro de una manera inversa, mostrando la historia a través de la confusión del narrador, Lenny, que sufre de amnesia, logrando que el espectador también experimente la historia de manera desconcertante.
En Inception, del 2010, el tiempo es adaptativo dentro de los sueños. A medida de que viaja a la capa más profunda de los sueños, el tiempo pasa más lento. Esto también invita a la audiencia a cuestionar la realidad.
En Interstellar, 2014, llevó esto al extremo empleando la teoría de la relatividad para mostrar cómo el tiempo se comporta drásticamente en diferentes partes del universo. En una de la secuencia más conmovedora, mostró al protagonista viendo a su hija envejecer mientras que él no lo hacía, pero como consecuencia de sus actos, haciendo hincapié en el impacto humano del tiempo.
Eso no quiere decir que Nolan se limite a la ciencia ficción; en Dunkerque, del 2017, empleó una estructura temporal innovadora con tres perspectivas diferentes en los acontecimientos de la evacuación de Dunkerque durante la Segunda Guerra Mundial: tierra, mar y aire. Cada narrativa tiene su propio ritmo y tiempo, que convergen al final, creando una constante tensión y urgencia.
Otra marca distintiva del trabajo de Nolan es que no le gusta depender de los efectos generados por computadora y prefiere usar efectos reales. Algunos ejemplos son:
La famosa escena del pasillo giratorio en Inception, que fue filmada utilizando un set construido para rotar físicamente.
En Oppenheimer tampoco quiso utilizar efectos generados por CGI para representar la explosión de Trinity , la primera bomba atómica, y simplemente hizo explotar bombas controladas para imitar su poder destructivo.
En Interstellar, cultivó una parcela de 200 hectáreas de maíz real.
Dunkerque se filmó, en gran parte, en la misma playa donde sucedió la evacuación real en 1940. La producción utilizó los mismos aviones y barcos que se usaron durante esta época.
Esta preferencia por la autenticidad se extiende a sus cámaras IMAX que capturan detalles en alta resolución y hacen la experiencia de observar películas más realistas. The Dark Knight, por ejemplo, fue pionera en utilizar este formato para las escenas de acción, y sentó un nuevo estándar, especialmente de superhéroes. En Oppenheimer, se filmó en IMAX en blanco y negro en algunas escenas.
Otro detalle importante es el hecho de que no solo dirige todas sus películas; también se asegura de escribir los guiones y obra con mucha experiencia en este ámbito, asegurándose de que cada historia sea tal y como la imaginó; excepto cuando trabaja con su hermano Jonathan, como en The Dark Knight e Interstellar.
El laberinto emocional, temporal y visual que logra ha inspirado a otros directores o estudiantes con proyecciones similares.
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Autora: Laura Sofía Castillo García
