En redes sociales es común desacreditar una fotografía por “tener mucho retoque”. Pareciera que hoy en día, aunque tanto como Photoshop como Lightroom son de uso casi obligado en el medio, tener una imagen retocada fuera un atentado contra la naturaleza de la imagen.

Las críticas son entendibles, si tenemos en cuenta que la mayoría apelan a su propio gusto y fascinación por lo “natural”. Sin embargo, algunos recuerdan las viejas glorias de la fotografía por su naturalidad, olvidando de un detalle importante: editar imágenes no es exclusivo de la fotografía digital.

Diagramación análoga con imágenes

Antes de que Thomas Knoll y su hermano John desarrollara Photoshop, el trabajo de edición se hacía de forma manual. La edición editorial se hacía primero con recortes, en una hoja o pliego, que se pegaban manualmente para crear un todo. Posteriormente esto se llevaba a la imprenta para que fuese producida masivamente.

La edición de fotos química

¿Cómo se editaban entonces las imágenes antes? Lo hacían quienes revelaban las imágenes, los retocadores o photoshopers, algunos de los cuales tenían la capacidad de editar en el laboratorio. Y es que el proceso de revelado y ampliado no es exclusivamente para tener un producto final en un papel y ya. En realidad, el proceso da para ser muy creativos.

Recordemos primero lo básico: en el proceso de revelado existen viradores, los cuales se encargan de darle ciertas tonalidades a la imagen: sepia, rojizo, azul, verdes, naranjas. Esa ya es una manipulación ala imagen, lo que ahora hacemos con un par de clics.

Pero más allá de virar las imágenes, los retocadores análogos podían trabajar en muchas de las posibilidades que hoy en día tiene Photoshop: suavizar arrugas, adelgazar, adición y sustracción de personas, brillos, contrastes, montajes e incluso construir escenarios surrealistas.

Si quieres conocer el trabajo de grandes fotógrafos que creaban interesantes composiciones editadas con procesos análogos, te recomendamos revisar las obras de Jerry Uselmann y Man Ray, quienes desbocaban su creatividad y creaban interesantes composiciones.

Así que la próxima vez que desacredites una fotografía por el uso de retoques o montajes, recuerda: hacerlo no es exclusivo de la era digital.